El primer día que un niño pequeño pasa fuera de casa, ya sea en un preescolar, una guardería en el hogar u otro entorno de cuidado infantil, puede ser tan emocionante como desafiante. Los dos entornos no solo se ven diferentes, sino que también se sienten diferentes.

Para apoyar mejor la transición, las familias y los cuidadores pueden trabajar juntos para crear coherencia en los entornos. Una forma de ayudar a que los entornos se sientan más similares es crear coherencia en las interacciones. Estas interacciones no solo pueden apoyar el desarrollo y el aprendizaje de un niño, sino que también pueden comenzar a fomentar un sentido de pertenencia, seguridad y comodidad.

La herramienta CLASS® ayuda a proporcionar definiciones claras de interacciones que han demostrado tener el poder de transformar las experiencias de aprendizaje de un niño. Usando los principios de CLASS como guía, las familias y los maestros pueden comenzar a crear un puente significativo entre los entornos a través de interacciones consistentes y de calidad.

Cómo Facilitar la Transición de la Casa a la Escuela

1. Concéntrese en construir un clima positivo.

Una de las formas más fáciles de crear coherencia entre diferentes entornos no es hacer que se parezcan, sino también hacer que se sientan similares. Cada entorno, el hogar o la escuela, debe sentirse como un lugar cálido y seguro para el niño. Esto significa que se sienten valorados y tienen la oportunidad de participar en sus propios intereses.

En los entornos de aprendizaje, un cuidador puede hablar con los niños a la altura de sus ojos, entablar una conversación sobre sus intereses e incluir elementos en el entorno que reflejan al niño en particular. Por ejemplo, darle a cada niño su propio espacio individual, como una canasta o un cubículo, y tener una etiqueta con su nombre puede hacer que se sientan más seguros.

En casa, las familias también pueden reflejar estas estrategias. Hablar con el niño a la altura de los ojos, entablar una conversación en la mesa y ampliar las oportunidades de aprendizaje en el hogar. Por ejemplo, si en la escuela o en la guardería ese día, un niño aprendió una nueva canción, intente integrar esa canción en las rutinas diarias en casa.

2. Crea una rutina.

Una rutina constante puede ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades de autorregulación, manejar las expectativas y promover comportamientos positivos. Y, tener una rutina constante en el hogar y en la escuela, ayuda a aumentar el nivel de comodidad y la confianza del niño para saber qué esperar y qué se espera de él.

En un ambiente de aprendizaje, un cuidador puede crear un horario consistente, con rutinas y expectativas claras. Y, para fortalecer esta estrategia, ¡los niños pueden participar para ayudar a establecer las expectativas! Esta rutina clara, no solo puede ayudar a maximizar las oportunidades de aprendizaje, sino que les da a los niños la propiedad de sus experiencias dentro de esa rutina.

En casa, una rutina constante también puede ayudar a facilitar la transición entre el hogar y la escuela. Crear una rutina matutina constante es una excelente manera de señalar cuándo es el momento de salir de casa e ir a la escuela o la guardería.

Extienda las Interacciones de Calidad Más Allá del Aula

Involucrar a las familias en el aprendizaje de sus hijos es a menudo una de las principales prioridades de la mayoría de los programas para la primera infancia. Sin embargo, la planificación de oportunidades atractivas para aprender, colaborar y celebrar juntos a menudo resulta difícil. Teachstone se enorgullece de ofrecer una nueva solución que hace que organizar un taller de participación familiar eficaz sea más fácil que nunca.

Interacciones significativas en el hogar crea un puente entre el aula de un niño y el hogar que permite la coherencia de interacciones de calidad que promueven el desarrollo y el aprendizaje.

 

Interacciones significativas en el hogar: un taller en línea diseñado para ayudar a las familias a convertir los momentos cotidianos en oportunidades de aprendizaje.