Un entorno con riqueza de lenguaje es fundamental para el aprendizaje temprano y el desarrollo socioemocional de los niños. Un entorno con riqueza de lenguaje no es solamente un salón con libros y una variedad de impresiones; es un salón donde los niños escuchan y participan hablando, cantando y leyendo.
En investigaciones recientes de Massachusetts Institute of Technology (MIT), se ha demostrado que no solo el lenguaje, sino una conversación intencional entre un adulto y un niño es lo que realmente permite desarrollar el cerebro del niño. Muchos niños escuchan principalmente instrucciones, como “sentarse” y “formar fila”, que no brindan la oportunidad de entablar una conversación. Pruebe estas estrategias para mejorar el Modelado del lenguaje y hacer participar a todos los niños en conversaciones enriquecedoras que los prepararán para ser lectores, escritores y pensadores.
1. Participe
• Póngase a la altura del niño (arrodillándose, por ejemplo).
• Escuche lo que dice el niño o preste atención a lo que hace o señala.
• Observe las expresiones faciales o corporales del niño.
2. Fomente las conversaciones
• Comente sobre lo que está haciendo el niño y espere una respuesta.
• “Te gustan los trenes. Estás trabajando mucho para construir una gran vía de tren”.
• Haga preguntas sobre lo que el niño está haciendo o planea hacer.
• “¿Qué planeas hacer con esos bloques?”
3. Amplíe el lenguaje y el aprendizaje
• Repita lo que dice el niño y luego agregue un poco más de información o una nueva palabra de vocabulario.
• Etiquete o describa:
• Niño: Me gusta.
• Maestro: Te gustan los melocotones jugosos.
• Proporcione más información:
• Niño: [Señalando afuera] ¡Oscuro!
• Maestro: El cielo está oscuro. Parece que lloverá pronto.
• Ayude a establecer conexiones entre lo que está sucediendo en el aula y lo que está sucediendo en los hogares o en las comunidades.
• “¿A qué te hace acordar esto?”
• “Te gusta jugar con los peluches. ¿Tienes animales en casa?”
En lugar de esto… | ¡Intente esto! |
Adulto: Come tu almuerzo. | Adulto: ¿Qué vas a almorzar? Niño: Sándwich y manzana. Adulto: ¡Ah, qué rico! ¿Qué tipo de sándwich? Niño: Mantequilla de maní y jalea. Adulto: Vas a comer un sándwich de mantequilla de maní y jalea. ¡Ese es mi favorito! Niño: El mío también. Adulto: Me encanta la jalea de frambuesa y la mantequilla de maní crujiente. |
Adulto: ¿Estás jugando en la cocina? Niño: Sí. Adulto: ¿Qué estás cocinando? Niño: Fideos. Adulto: Qué rico. |
Adulto: ¿Qué harás hoy en la cocina? Niño: Preparo fideos. Adulto: Ah, los fideos son tus favoritos. ¿Qué harás con los fideos? Niño: Agregar queso y salsa. Adulto: Estás haciendo pasta con salsa y queso. ¡Qué rico! Niño: Voy a hacer un restaurante. Adulto: ¡Tu restaurante tiene un chef excelente! ¿Alguna vez comiste pastas en un restaurante con tu familia? |