Un entorno con riqueza de lenguaje es fundamental para el aprendizaje temprano y el desarrollo socioemocional de los niños. Un entorno con riqueza de lenguaje no es solamente un salón con libros y una variedad de impresiones; es un salón donde los niños escuchan y participan hablando, cantando y leyendo.
En investigaciones recientes de Massachusetts Institute of Technology (MIT), se ha demostrado que no solo el lenguaje, sino una conversación intencional entre un adulto y un niño es lo que realmente permite desarrollar el cerebro del niño. Muchos niños escuchan principalmente instrucciones, como “sentarse” y “formar fila”, que no brindan la oportunidad de entablar una conversación. Pruebe estas estrategias para mejorar el Modelado del lenguaje y hacer participar a todos los niños en conversaciones enriquecedoras que los prepararán para ser lectores, escritores y pensadores.
1. Participe • Póngase a la altura del niño (arrodillándose, por ejemplo). • Escuche lo que dice el niño o preste atención a lo que hace o señala. • Observe las expresiones faciales o corporales del niño.
2. Fomente las conversaciones • Comente sobre lo que está haciendo el niño y espere una respuesta. • “Te gustan los trenes. Estás trabajando mucho para construir una gran vía de tren”. • Haga preguntas sobre lo que el niño está haciendo o planea hacer. • “¿Qué planeas hacer con esos bloques?”
3. Amplíe el lenguaje y el aprendizaje • Repita lo que dice el niño y luego agregue un poco más de información o una nueva palabra de vocabulario. • Etiquete o describa: • Niño: Me gusta. • Maestro: Te gustan los melocotones jugosos. • Proporcione más información: • Niño: [Señalando afuera] ¡Oscuro! • Maestro: El cielo está oscuro. Parece que lloverá pronto. • Ayude a establecer conexiones entre lo que está sucediendo en el aula y lo que está sucediendo en los hogares o en las comunidades. • “¿A qué te hace acordar esto?” • “Te gusta jugar con los peluches. ¿Tienes animales en casa?”
En la construcción, un andamio es una estructura temporal que utilizan los trabajadores para acceder a alturas y áreas de difícil acceso. Esto es exactamente lo que hacen los educadores cuando crean andamios para los alumnos. Un alumno tiene dificultades para alcanzar una nueva altura (comprender un concepto, responder una pregunta o completar una actividad) y el maestro brinda el apoyo suficiente para que el alumno pueda triunfar.
Como parte de la Calidad de la retroalimentación dentro de la herramienta CLASS, queremos ver que el maestro esté brindando retroalimentación que amplíe el aprendizaje y la comprensión. El andamiaje es una excelente estrategia para apoyar tanto a personas como a toda una clase, y puede presentarse de muchas formas.
Veamos una situación que se suele ver en un aula de preescolar y cinco formas en que un maestro podría crear un andamio para la experiencia del alumno.
Un niño está jugando con bloques y se siente frustrado porque la torre se sigue cayendo.
1. Haga preguntas que inciten respuestas: “¿Qué crees que pasaría si no construyéramos la torre tan alta?” 2. Ofrezca varias posibles respuestas para pensar: Si un niño tiene problemas para dar una respuesta, el maestro puede proporcionar varias respuestas entre las que elegir para ayudar al niño a dar una respuesta correcta de forma independiente. “¿Crees que necesitamos bloques más grandes en la parte de abajo o deberíamos hacer dos torres más pequeñas?” 3. Haga sugerencias: Ofrezca pistas o soluciones parciales que podrían resolver el problema. “Tu torre de bloques se sigue cayendo. ¿Quieres intentar poner todos los bloques más grandes en la parte de abajo?” 4. Use una demostración: El maestro puede simplemente sentarse y hacer su propia versión de una torre de bloques para demostrar cómo funcionan mejor los bloques. 5. Brinde apoyo físico: El andamiaje también puede adoptar la forma de ayuda física. El maestro puede sostener los bloques en la parte de abajo para ayudar al niño a estabilizar la torre.
En cada una de estas situaciones, el maestro permite que el alumno se desempeñe a un nivel más alto de lo que podría hacerlo sin ayuda. Estas mismas estrategias funcionan ya sea que el alumno esté atascado mientras cuenta, clasifica, crea un plan o abre un bocadillo.
Los niños pequeños tienen un talento innato para analizar y razonar. Quieren entender. Quieren resolver problemas, experimentar y comparar. ¡Y nosotros podemos ayudarlos!