Los niños nacen músicos. Los bebés giran la cabeza cuando escuchan a un padre o cuidador cantar, los niños pequeños se balancean con la música y los niños en edad preescolar bailan y giran por la cocina (generalmente cuando uno de sus padres está tratando de preparar la comida). Los niños de primaria pueden sentarse con una tableta para escuchar música con sus audífonos, mientras que los niños mayores pueden caminar con los audífonos puestos permanentemente en sus oídos. ¿Y qué niño no ha recogido un palo o un utensilio de cocina y lo ha usado para realizar sonidos y simular un concierto?
Como resultado, este interés en la música es bueno para los niños. La música tranquila puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, al mismo tiempo fomenta la autorregulación. Los niños que cantan canciones que riman aprenden sobre los sonidos, y los niños que intentan descubrir cómo tocar (o golpear) el tambor para hacer el sonido más fuerte están utilizando un pensamiento complejo y sus habilidades.
Un ritmo útil
Sabemos que los niños pequeños prosperan en la previsibilidad. Por eso nos piden que leamos el mismo libro o cantemos la misma canción una y otra vez, mucho después de que nos cansamos del libro o la canción. Barney, el dinosaurio púrpura, era popular cuando mis hijos eran pequeños e incluso ahora, me estremezco un poco cuando escucho el estribillo demasiado familiar de "Te amo, tú me amas". Si siente lo mismo por Baby Shark "... doo doo doo doo doo doo", aquí hay algunas ideas sobre cómo promover la música con sus hijos.
Partituras diarias
La música a menudo se usa en el aula para indicar el inicio y la finalización de diferentes actividades; esto ayuda a los niños a aprender y anticipar rutinas y expectativas. Lo mismo puede ser cierto en casa. Los padres están tratando de mantener una apariencia de normalidad mientras los niños están en casa, y tocar una canción cuando es hora de despertarse puede ayudar a establecer ese horario. Los niños más pequeños pueden disfrutar escuchando algunas de las mismas canciones que escuchan en la escuela (saludo, lavado de manos, limpieza, cepillado de dientes). Si no conoce las canciones, pregúntele a la escuela si pueden enviárselas.
Aquí hay algunas actividades basadas en la música que puede hacer con sus hijos:
1. ¿No tiene instrumentos alrededor? ¡Haga lo suyo!
No necesita ningún material especial para hacer sus propios instrumentos; una caja de avena puede ser un gran tambor, un recipiente de plástico lleno de frijoles secos puede sustituir a una maraca y un tubo de papel de toalla puede servir como instrumento de viento. ¡Sus hijos se divertirán e incluso pueden darle un concierto improvisado!
2. Experimenta con objetos y sonidos
Saque sus ollas y sartenes (o utensilios de plástico si desea atenuar el ruido) y deje que sus hijos experimenten con diferentes formas de hacer música. Haga preguntas como, "¿Qué tipo de ruido hará este pincel en la tapa de esta sartén?" "¿Crees que el sonido será más fuerte o más suave que el sonido cuando golpeemos estas dos tapas de metal?" "¿Por qué piensas eso?"
3. Sigue mi ejemplo
Apoye la capacidad de su hijo para reconocer patrones inventando patrones musicales simples y haciendo que su hijo los repita.
4. El aprendizaje puede ser maravilloso
Siéntense y escuchen música juntos y compartan vocabulario nuevo, como ritmo o género. Y descubra nuevos estilos como la música mundial. ¡Invente bailes para combinar con la música!
5. Encuentre los tonos correctos¡Haga una búsqueda del tesoro musical! Pídale al niño que encuentre todo lo que pueda reproducir música (teléfonos, radios, tabletas, computadoras, instrumentos, libros musicales).
La música no solo puede ser una excelente manera de relacionarse con sus hijos, sino que también puede ser terapéutica en estos tiempos difíciles. Esperamos que esto le brinde algunas ideas nuevas sobre formas de incorporar la música a la vida cotidiana de sus hijos.